Industria petrolera causa graves daños al ambiente y a la salud en Salina Cruz, Oaxaca
Contaminación de esteros, ríos, lagunas y el golfo de Tehuantepec, así como daños a la salud humana y animal, crecimiento poblacional desordenado y el encarecimiento de la vida, son los saldos negativos que ha dejado la industria petrolera a lo largo de 29 años en este puerto, ubicado en el sur del Pacífico oaxaqueño.
“Esa es la herencia que Petróleos Mexicanos (Pemex) nos ha dejado”, reflexionó el dirigente de la Alianza de Pescadores Ribereños y de Altamar, Anselmo López Villalobos, quien añadió que los daños abarcan los renglones de la pesca, medio ambiente, salud pública y el entorno social.
El puerto, de 55 mil habitantes, según cifras del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), y con más de 100 mil de acuerdo con las autoridades municipales, tiene un rezago de 30 años en el sistema de agua potable, además de que sólo tres de cada 10 viviendas cuentan con drenaje y sus vialidades están devastadas.
A 29 años de que entró en operación la refinería Antonio Dovalí Jaime, con capacidad para procesar 330 mil barriles por día, “Pemex aún tiene una gran deuda social con Oaxaca y el istmo”, dijo el alcalde, Héctor Becerril.
Las afectaciones se extienden además a la pequeña localidad de Salinas del Marqués, donde se prohibió la pesca ribereña desde hace 10 años en la zona de carga de los buques petroleros, en bahía La Ventosa, con la reducción de moluscos y en Boca del Río, donde los maizales “se queman, los frutales no crecen y los animales mueren”.
La pesca de altamar, detalló Anselmo López Villalobos, agoniza. “Por la contaminación se reduce la captura del crustáceo de consumo nacional y de exportación”.
Según un estudio de investigadores universitarios, en los camarones del golfo de Tehuantepec y del complejo lagunar de los indígenas ikoods, desde los años 80 “se tiene la presencia de hidrocarburos poliaromáticos (HAP) y metales pesados, así como de plaguicidas como lindano e insecticidas como endosulfán.