Entrevista con Hal Harvey, presidente de ClimateWorks
Entrevista de Margarita Campuzano con Hal Harvey, presidente de ClimateWorks.
ClimateWorks es una de las organizaciones más influyentes a nivel mundial en materia de cambio climático. Trabaja en países como India, Brasil y China, y en México colabora a través de la Fundación Hewlett con organizaciones no gubernamentales e instituciones de investigación públicas como el Instituto Nacional de Ecología. Su labor se centra en implementar políticas públicas para reducir las emisiones en tres áreas generales: estándares de eficiencia energética, generación de energía baja en carbón, y conservación forestal y agricultura. Su meta es reducir la emisión global de gases efecto invernadero en 30 billones de gigatoneladas para 2030, lo cual representa la mitad de todas las emisiones estimadas para ese año.
¿Cómo ve usted a México en torno a lo que ha hecho en materia de acciones rápidas de mitigación?
México ha hecho un inventario exhaustivo de oportunidades de reducción de carbón y éstas se pagan por sí mismas, pues permiten ahorros a los consumidores y reducción de gastos de capital al gobierno. Se ha encontrado una rica gama de oportunidades, muchas de las cuales han sido incluidas en el Programa Especial de Cambio Climático.
Sin embargo, existe toda otra serie de acciones, muchas de las cuales pueden implementarse de inmediato, como son normas de eficiencia energética para autos, nuevas tecnologías de iluminación y manejo de basura para la captura de metano. Implementando todas estas acciones México podría dejar de generar una importante cantidad de emisiones y ahorrar dinero al mismo tiempo.
¿Cuáles son los sectores específicos en los que usted ve áreas de oportunidad?
Urbanización, existen muchas oportunidades en términos de opciones de tránsito y vialidad, en beneficio de los ciudadanos. Éstas pueden ser sistemas como el Metro y autobuses BRT –tipo Metrobús-. Estos sistemas deben ser rápidos, convenientes, seguros y limpios, de forma que la gente los prefiera por encima de los vehículos. Esto permitiría reducir una cantidad significativa de emisiones de bióxido de carbono (CO2) y hacer a las ciudades más habitables.
Otra área es el transporte, específicamente los autos y los camiones, para hacerlos más eficientes. El año que entra México adoptará estándares más altos de eficiencia de combustible para automóviles y puede colocarse en primera fila de la clase, incorporando las mejores normas en la materia.
Existe una revolución en cuanto a tecnologías eficientes para la construcción; por ejemplo en lo que se refiere a iluminación, por lo que México se puede mover hacia tendencias de iluminación súper eficiente. Las plantas de generación de energía necesitan ser mucho más eficientes y existen oportunidades también para generación de energía eólica y solar.
El presidente Calderón anunció una reducción del 30% para el 2020, pero sujeta a financiamiento externo y transferencia de tecnología. ¿Las acciones que usted menciona podrían hacerse con recursos propios, sin depender de apoyo extranjero?
Se necesita una combinación. Algunas de ellas México puede llevarlas a cabo con recursos propios y otras requieren financiamiento internacional y asistencia técnica. Pero comprometiéndose con las cosas que van en la misma dirección del interés económico de México, el presidente estará favoreciendo que llegue el financiamiento internacional, dado que estará demostrando su compromiso.
La ruta de crecimiento verde que el presidente ha trazado coloca a México a la cabeza de otros países en términos de lidiar con este problema.
¿Contar con combustibles limpios es también un área importante de oportunidad?
Reducir los niveles de azufre en los combustibles ayuda a resolver la contaminación. El Dr. Mario Molina ha hecho estudios muy importantes sobre cómo reducir la contaminación en las ciudades grandes de México. Otra cuestión es la que se refiere a los biocombustibles como sustitutos de la gasolina. Desafortunadamente, hay muy pocos biocombustibles que sean mejores que la gasolina y que estén disponibles masivamente.
Brasil tiene un programa con la caña de azúcar y puede haber oportunidades para expandir esto en Yucatán, pero me parece que el primer paso es limpiar los combustibles convencionales, asegurarnos de que los vehículos sean altamente eficientes y tener buenos sistemas de transporte. Yo me enfocaría primero en estos tres puntos.
¿Y qué hay en términos de la relación que se ha encontrado entre el carbón negro u hollín (black carbón) –uno de los principales contaminantes responsables del calentamiento global- y los combustibles tradicionales?
El carbón negro viene de la quema incompleta de hidrocarburos, principalmente de los camiones a diesel en todos los motores. Por ello, los nuevos camiones deben tener filtros para capturar partículas de diesel y combustibles de ultra bajo azufre. Para los camiones de más antigüedad debe haber un programa de reconversión. Esto requiere recursos y es el tipo de áreas en las que se puede pensar en apoyo internacional, pero se puede emplear a mecánicos mexicanos, a fábricas de motores mexicanas para hacer los camiones más limpios y más eficientes.
¿Cuáles son los planes futuros de Climate Works para México?
Estamos colaborando con la Fundación Hewlett en Latinoamérica, y con importantes organizaciones no gubernamentales y think tanks mexicanos, como son el Centro Mario Molina, el Centro Mexicano de Derecho Ambiental, el Centro de Transporte Sustentable y con dependencias gubernamentales de investigación como el Instituto Nacional de Ecología (INE). Esperamos expandir este trabajo. Dado que México será la sede de la próxima cumbre de Cambio Climático, habrá oportunidad para que el país coloque sus compromisos nacionales en la vitrina internacional. Existe también una gran oportunidad para que el presidente Calderón demuestre liderazgo, pues Copenhague está demostrando que no existe reemplazo al liderazgo nacional.
¿Cómo ve usted las negociaciones en Copenhague?
Los procesos formales para negociar un tratado no están caminando correctamente, son lentos y la gente está atorada en cuestiones de procesos, en lugar de centrarse en la esencia del asunto. Irónicamente, existen fuertes acuerdos entre los países en cuanto la materia que da pie a estos acuerdos, pero el proceso está matando a la sustancia. La forma de rescatar Copenhague es que los jefes de Estado muestren liderazgo real. Necesitan detenerse y decidirse a trabajar en definir los diez temas fundamentales. El presidente Calderón tiene un rol fundamental que jugar en este sentido porque entiende estos temas y ha hecho compromisos en su país, por lo que si trabaja con otros cinco o diez jefes de Estado puede contribuir a sacar esto adelante, pero sin esto creo que tendremos algo muy débil.
¿Cree que el hecho de que México sea la sede de la próxima COP ayudará a destrabar cosas dentro del país?, pues si bien fuera se muestra liderazgo, hacia adentro existen obstáculos en Pemex y CFE
Puede hacerse la pregunta de si los juegos olímpicos de Beijing ayudaron a China en muchos sentidos y la respuesta es que definitivamente lo hicieron. Lo mismo sería para México como país y para la ciudad de México. El presidente tiene una agenda muy agresiva, la cual tiene que convertirse en ley y tiene que implementarse, y todo esto tiene que ocurrir en meses, no en años. La COP 16 ayudará a acelerar todos estos procesos.
¿Cómo pueden organizaciones como la suya y otras de la sociedad civil ayudar a destrabar los procesos?
Los líderes políticos necesitan apoyo para sus programas. Si la gente que está aquí manifestándose en Copenhague, ejerce la misma presión en sus países para exigir estándares más altos en las normas de eficiencia de combustibles, en el transporte y en la regulación para construcción entonces ganaremos, pero si sólo se enfocan en el gran evento vamos a perder. Aún si Copenhague fuera muy exitoso, no significaría nada si no se traduce en leyes y regulaciones específicas locales; y a la inversa, aún cuando esta cumbre fuera un fracaso total, si volvemos a casa y hacemos las cosas correctas estaremos bien. Las ONG’s deben tener una agenda específica y práctica, pues sin ella la presión social no tendrá éxito.
El liderazgo de México con científicos como el Dr. Mario Molina, y en el ámbito político con el del presidente Calderón, aunado a sistemas sustentables como Metrobús colocan al país en una posición muy especial para demostrar que tiene una estrategia de crecimiento verde, la cual puede reconciliar el tema medio ambiental con el del crecimiento económico.