¿Cuánto contamina un iPad?
El último “gadget” electrónico lanzado por la empresa californiana Apple, el iPad, está compuesto de 155 gramos de vidrio, 155 g. de pantalla, 125 g. de aluminio, 55 g. de plásticos, 45 g. de circuitos, 155 g. de batería de polímeros de litio y 40 g. de otros materiales distintos. En total, 730 gramos(1) de piezas ensambladas en China y distribuidas en barco y avión por medio mundo.
Como cualquier producto, esta tableta supone un impacto ambiental en las fases de fabricación, transporte, uso o residuo. Sin embargo, para Greenpeace Estados Unidos, lo más destacado en este caso no está tanto en el propio dispositivo, sino en el cada vez mayor uso de Internet que se va a hacer a través de este tipo de aparatos y en el consumo de energía de servidores de compañías como Google, Apple, Microsoft, Yahoo!, Facebook…
Según la información facilitada por la empresa Apple, una tableta iPad supone emitir en todo su ciclo de vida unos 130 kilos de CO2. Esta estimación debe ser tomada con mucha cautela, pues puede cambiar mucho en función de cómo se calcule o del país en el que se encienda el dispositivo. Con todo, sí que vale para compararlo con otros productos de Apple para los que se ha utilizado la misma metodología, siendo entonces casi tres veces las emisiones estimadas para un móvil iPhone o más de cinco veces las de un reproductor de música iPod. Pero también, al contrario, 2,6 veces menos que las de un portátil MacBook o diez veces menos que las de un ordenador de sobremesa iMac con pantalla de 21,5 pulgadas.
Estos datos de la compañía californiana sugieren también que la mayor cantidad de emisiones causantes del cambio climático de un iPad se darán durante su utilización por parte del consumidor (un 49%), siendo menores las de la fabricación del dispositivo (45%), las del transporte (5%) o las de su reciclaje (1%). Aunque las emisiones generadas por su uso (derivadas de la energía eléctrica utilizada para su funcionamiento) dependerán fundamentalmente de las horas que esté encendido, del tipo de centrales del que salga la energía en el país donde se enchufe y de cuánto se prolongue la vida del aparato (Apple estima las emisiones para un periodo de tres años). Además, habría que valorar también si este impacto al encender un iPad significa dejar de consumir otros productos electrónicos o de papel que pueden generar más o menos emisiones.