Se aprueba regulación para emisiones provenientes del transporte marítimo
La semana pasada se realizó en Londres, Inglaterra, las 62ava. sesión del Comité de Protección al Ambiente Marino de la Organización Marítima Internacional de las Naciones Unidas (IMO, por sus siglas en inglés). Durante los trabajos, la IMO adoptó medidas obligatorias para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero provenientes del transporte marítimo internacional. Entre las regulaciones se contempla que las embarcaciones mayores a 400 toneladas que se construyan a partir de 2013 deberán mejorar su eficiencia en 10%, elevándola a 20% entre 2020 y 2024, para alcanzar un 30% en las que entren en funcionamiento después de 2024. Se espera que esto disminuya las emisiones de gases de efecto de invernadero del transporte marítimo de mercancías entre 45 y 50 millones de toneladas por año para el 2020.
Asimismismo, se realizaron otras enmiendas a la Convención Internacional para la Prevenir la Contaminación por Buques (MARPOL), con el fin de designar al Caribe estadounidense -algunas de las aguas adjacentes a Puerto Rico y a las Islas Vírgenes- como una nueva área de control de emisiones de óxidos de nitrógeno, óxidos de azufre y otras partículas contempladas en el MARPOL en su anexo relativo a la contaminación del aire. También se designó al Mar Báltico como zona especial en contaminación por aguas residuales procedentes de embarcaciones. Por otra parte, se acordó un plan de trabajo para actuar ante las repercuciones del negro de carbono en el Ártico y encontrar las medidas apropiadas de control para reducir los impactos de las emisiones de negro de carbono del transporte marítimo internacional.
Estas medidas son muy importantes, actualmente la emisión de CO2 por parte del transporte marítimo aclanza entre el 3 y el 4% del total de emisiones producidas por el hombre. De no tomarse acciones esta cifra podría alcanzar en 2020 el 6% y doblarse para el año 2050. Esta es la primera regulación en la materia, históricamente, los dueños de embarcaciones se habían resistido a cualquier intento de poner reglas sobre el tema, a pesar de las presiones de grupos ambientalistas y grupos reformadores al interior de la propia industria.
Fuentes: IMO y The Guardian