Poca transparencia sobre emisión de contaminantes en China y Europa
Datos transparentes y precisos sobre las emisiones de contaminantes son fudamentales para mitigar los efectos del calentamiento global y mejorar la calidad del aire. La semana pasada se hizo pública información preocupante sobre la manipulación de datos en este tema por parte de algunos países de Europa occidental y China.
Un reporte realizado por el Laboratorio Federal de Materiales, Ciencia y Tecnología de Suiza (EMPA), señala que los productores europeos de químicos liberan de manera secreta una gran cantidad de HFC-23. El reporte, publicado en la revista Geophysical Reaserch Letters, afirma que las emisiones de este gas fluorado -usado principalmente para la refrigeración- se encuentran entre 60% y 140% por encima de lo que se reporta de manera oficial. Tan solo en Italia se encontró que las emisiones de este gas son entre 10 y 20 veces por encima de lo reportado.
El HFC-23 tiene un potencial para el calentamiento global 14 mil 800 veces más grande que el CO2 y su vida promedio en la atmósfera alcanza los 270 años. Si bien no existe obligación legal para las compañías de reducir las emisiones de HFC-23, los países firmantes del Protocolo de Kyoto tienen el deber de reportar sus emisiones de este gas a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (UNFCCC).
Por otro lado, WikiLeaks liberó cables diplomáticos fechados en 2006 que revelan la preocupación de Estados Unidos por la falta de monitoreo por parte de China sobre la partícula pequeña conocida como PM2.5. Los documentos señalan que el gigante asiático no realiza monitoreos sobre este contaminante, ni hace públicos los datos duros existentes por temor a las consecuencias políticas. Basados en investigaciones de científicos locales, el consulado de Estados Unidos en Guangdong señala que los niveles de PM2.5 están 10 veces por encima de lo sugerido por la Organización Mundial de la Salud.
Esta particula debe ser considerada de alta prioridad -debido a que provoca y agrava los síntomas respiratorios, males cardíacos, enfermedades en los niños y muertes prematuras-, sin embargo, en China no se incluye en el índice de contaminantes. Los problemas de transparencia se extienden a la academia, de acuerdo con otro cable, fechado el 19 de septiembre de 2006, “los académicos e investigadores en Guangdong están cada vez más preocupados por los serios problemas de contaminación en la región, pero se sienten presionados para que moderen sus cometarios para no enfrentar un recorte en los fondos para investigación… los científicos reconocen que la falta de transparencia en los datos existentes sobre contaminación del aire es el mayor problema para la investigación y el diseño de políticas”.
El PM2.5 no es el único problema, hasta ahora el ozono también ha sido omitido de los índices de monitoreo. Cuando la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos visitó el Centro de Información Amibental de Guangdon en 2006, se pudo observar que en las pantallas los datos brutos mostraban un nivel extremadamente alto de O3.
Desde que el cable fue escrito en 2006, China ha tenido progresos en la medición, divulgación y reducción de la contaminación del aire. La semana pasada se anunció un nuevo índice de contaminantes que se adoptará proximamente en China. Se espera que éste incluya por primera vez el ozono, sin embargo es menos seguro que finalmente sea incluido también el PM2.5
Fuentes: Euractiv y The Guardian