Alerta la ONU sobre mínimo histórico en capa de hielo ártica
El día de hoy el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) informó en Nairobi que la reducción en la capa de hielo estival en el Ártico se ha intensificado en los últimos años. Los datos presentados son alarmantes, pues según los registros más recientes en el año 2012 la capa de hielo ártica llegó a un mínimo de 3.4 millones de kilómetros cuadrados, esto es 18% menos que el último mínimo registrado en el 2007. Si estas cifras se comparan con la media que se mantuvo durante las décadas de los años ochenta y noventa del siglo pasado, estaríamos hablando de una disminución de aproximadamente el 50%.
Lo anterior fue dado a conocer en el marco de la presentación del Anuario PNUMA 2013. El anuario recomienda sobre este tema “prudencia y una gobernanza efectiva para evitar que se dañe el frágil medio ambiente ártico”. El PNUMA alerta sobre las consecuencias del aumento de la actividad humana en la región ártica; al desaparecer el hielo el acceso a recursos naturales como el petróleo y el gas en la zona se hace más fácil, lo cual supone una amenaza para los ecosistemas y la fauna silvestre, “cuyo estado es frágil ya”. En este sentido, Achim Steiner, Secretario General Adjunto de las Naciones Unidas y Director Ejecutivo del PNUMA, señaló que “los cambios en las condiciones ambientales del Ártico, que suelen considerarse un indicador del cambio climático mundial, nos preocupan desde hace algún tiempo, aunque esta conciencia aún no se ha traducido en medidas urgentes”.
La explotación de estos recursos naturales debe ser analizada detenidamente por todos los países del mundo, señala la agencia de la ONU, “de hecho, lo que ocurre es que el derretimiento del hielo está causando una demando de los propios combustibles fósiles que fueron los primeros responsables del deshielo”. Según el Servicio Geológico de los Estados Unidos, aproximadamente el 30% del gas natural que no ha sido descubierto en el mundo se encuentra en la región ártica. Asimismo, se cree que de los recursos petroleros no descubiertos en el Ártico estarían ubicados en el norte de Alaska, la cuenca amerasiana, el este de Groenlandia, entre otras zonas.
El deshielo también hace suponer que se abrirán rutas marinas en el ártico durante algunas épocas del año, por ejemplo se espera que la ruta marina septentrional se convierta en una “autopista de navegación”, teniendo para el año 2020 un tráfico cuarenta veces mayor al que actualmente tiene. Otra consecuencia sería, señala el anuario, un auge de la pesca “como consecuencia del desplazamiento hacia el norte de las especies subárticas”. Según algunos estudios para el año 2055 podría haber un incremento hasta de setenta por ciento en las capturas que se dan en la zona”.
Entre las afectaciones que acarreará esta “rápida transformación ambiental y la demanda de recursos” está la interrupción de la hidrología, daño en el ecosistema, se interrumpiría la migración del caribú, el reno y el estilo de vida de los pueblos indígenas se vería seriamente alterado.
Naciones Unidas apunta que en la explotación responsable de recursos en el Ártico tendrá un papel fundamental el Consejo Ártico, integrado por Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Finlandia, Islandia, Rusia y Suecia. Para garantizar el desarrollo sostenible del Ártico serán necesarias medidas urgentes, pues actualmente la mayor parte de las predicciones con respecto al deshielo total en el Ártico señalan que éste podría darse en el año 2035.
Entre los factores que están acelerando el calentamiento en el ártico (aproximadamente al doble de velocidad que en el resto del mundo) están el flujo de corrientes oceánicas y árticas que llevan calor al Ártico, la reducción de luz reflejada provocada por el mismo deshielo y por la presencia de carbono negro en la nieve que disminuye la zona reflectante.
Algunas consecuencias del acelerado deshielo en el Ártico son, señala en PNUMA, aumento del nivel del mar a escala mundial, cambio en la circulación oceánica mundial que puede afectar los sistemas climáticos del mundo, desaparición de hábitats únicos y de especies vulnerables.
El informe plantea una serie de recomendaciones para enfrentar esta crítica situación y enfrentar los retos que esta representa. Una medida fundamental será la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y la adopción de medidas complementarias para lograr reducciones regionales de contaminantes de corta vida como el carbono negro. También se recomienda realizar un profundo y serio análisis sobre la explotación de recursos naturales en el Ártico. Finalmente, señala en PNUMA, es necesario adoptar una visión a largo plazo y adoptar políticas innovadoras para hacer frente a los retos que plantea el cambio climático.
Adicionalmente, el Anuario 2013 del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente plantea otros temas ambientales sensibles como es el aumento en el comercio ilegal de especies salvajes y la necesidad de logar para el año 2020 el objetivo de una gestión adecuada de sustancias químicas peligrosas.