El agua en la Ciudad de México
El agua destinada a los hogares en diferentes zonas de la Ciudad de México, no es potable en su totalidad. Por ello, es importante realizarle estudios físicos, químicos y biológicos, así como buscar la forma de nivelar el cloro que debe aplicársele a fin de que sea adecuada. No obstante, esta supervisión no siempre se lleva a cabo, lo que resulta en grandes sectores de la población con enfermedades relacionadas con esta problemática, como las gastrointestinales.
Flor López Guerrero, investigadora del Instituto de Geografía (IGg) de la UNAM y especialista en el tema, señaló que estas afectaciones ocurren en la periferia urbana, donde la calidad en el suministro es deficiente y las condiciones de pobreza provocan que las personas no vayan al médico.
Por otra parte, mucha gente no dispone del recurso en cantidad suficiente para la limpieza personal y carece de drenaje, que suple, por ejemplo, con letrinas que muchas veces están en el entorno inmediato a sus viviendas. Es cuando empiezan a padecer enfermedades de la piel o de los ojos.
En términos generales, las delegaciones centrales, como Benito Juárez, Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo y Venustiano Carranza, tienen un buen suministro de agua y, aunque llegan a sufrir cortes, las viviendas reciben este líquido mediante tuberías las 24 horas de los 365 días del año. En contraste, Tláhuac, Tlalpan, Milpa Alta, Xochimilco y Magdalena Contreras, sufren graves problemas.
“El 77 por ciento de los pobladores de estas delegaciones no reciben nada, por lo que deben recurrir a otras fuentes de abastecimiento, como carros cisterna, pipas o animales de carga para acarrearla de otros puntos y almacenarla”, explicó.
En todo caso, Iztapalapa es la que tiene los mayores problemas, es la delegación más poblada y en ella, un millón 815 mil personas obtienen agua de baja calidad o no la reciben. Con frecuencia cuentan con infraestructura hidráulica, pero el líquido que corre es inadecuado.
Según menciona López Guerrero, cada vez es más común que las personas se queden sin este recurso y la cantidad se reduce. El caso más grave es Cuajimalpa, que en 1997 recibía 686 litros por habitante al día, cantidad que en 2007 se redujo a 525; y aun así es la que tiene mayor dotación; en Tláhuac, por su parte, en el mismo periodo de tiempo, se redujo de 247 a 177 litros.
Actualmente, se invierte dinero y esfuerzos en el mantenimiento de la infraestructura hidráulica que existe en la Ciudad de México en lugar de aplicarlos en su extensión y ramificación, pues la metrópoli y su población crecen.
Por ello, la investigadora de la UNAM sostiene que se debe regular el crecimiento, ahora vertical, de la urbe; monitorear las tomas y ventas clandestinas y atender con eficacia las fugas, causantes de la pérdida del 40 por ciento disponible.
Vía: UNAM- DGCS