México vulnerable ante cambio climático: Mario Molina
El investigador mexicano Mario Molina Pasquel, Premio Nobel de Química 1995, dio a conocer el lugar que posee México a nivel internacional en materia de combate al cambio climático, mostrando incluso liderazgo con respecto a otros países en vías de desarrollo.
Mientras impartió la Primera Cátedra Extraordinaria, el profesor de la UNAM destacó que México es vulnerable ante esta problemática mundial, ya que posee diversos ángulos, por lo que es conveniente resolver el asunto a mediano y corto plazo.
Durante el evento que tuvo como sede la Facultad de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó que “hay noticias positivas”, pues nuestro país avanza por buen camino y se debe “trabajar duro” en este tema.
Basado en lo anterior, comentó que la Reforma Energética enfrenta el cambio climático con visión de largo plazo, con la meta de que el 35 por ciento de la toda la energía sea renovable para el año 2050.
Con respecto al rubro de energías limpias, dijo que en el país existe energía eólica en muchos sitios y a costos muy accesibles, aunque es imperativo realizar más esfuerzos en cuanto a energía solar, por lo que se deben implementar medidas que permitan mejorar la eficiencia de esta área y así beneficiar la economía del país.
Expuso que aún “no podemos adelantarnos a reducir emisiones a un costo significativo para la economía, porque vivimos en un mundo competitivo, para eso nos tenemos que esperar a que haya un acuerdo internacional, pero podemos empezar a prepararnos”.
Molina Pasquel resaltó que esto es de gran importancia, ya que aunque resulta complicado predecir lo que pasará si continúan las emisiones de los gases de efecto invernadero, sí es posible calcular probabilidades.
“Es como si estuviéramos en un juego de ruleta, si continuamos como estamos haciendo hoy en día, es como si fuera ruleta rusa, estamos jugando ruleta rusa con el único planeta que tenemos”, advirtió.
El Premio Nobel abundó que esto es palpable porque si la temperatura del planeta se incrementa entre 5 y 6 grados, “eso sí tendría consecuencias catastróficas”, mismas en las que adelantó, no se debe especular cuales serían.
Por último, reconoció que si bien la humanidad no desaparecería, la sociedad y la civilización sufrirán una transformación de proporciones inmensas, dejando de ser como la conocemos.