Acuario de Veracruz, primero en lograr la reproducción del manatí en cautiverio
Investigadores del Acuario de Veracruz lograron confirmar en 25 días la formación de un feto en una hembra manatí del Caribe (Trichechus manatus manatus), convirtiendo al acuario en el primero en conseguirlo.
Diversos estudios señalan que es hasta el cuarto o quinto mes de gestación cuando se puede determinar el embarazo del manatí, pero los investigadores lo lograron con mucho tiempo de anticipación.
Alejandro de la Rosa Tejeda, médico veterinario a cargo del manatiario, informó en entrevista que la observación constante de las conductas del mamífero marino en el ecosistema artificial que habita fueron clave para concretar dicho avance,
La investigación realiza ultrasonidos en las hembras, evaluando la fase y estado de sus ovarios. Si se observa que uno de estos está preparado para la fecundación, se llevan a cabo exámenes más específicos referentes al comportamiento del mamífero.
El experto destacó que tras una semana de la cópula de los mamíferos, se practica una nueva serie de ultrasonidos y análisis de pruebas sanguíneas, a fin de medir los niveles de progesterona en sangre.
Una vez que llega el día 25 es posible confirmar la formación del feto, lo cual se comprueba gracias a los altos niveles de progesterona que arrojan los análisis previos, validando así el estado de gestación.
Hasta ahora, estos estudios han sido exitosos en cuatro manatíes del Acuario de Veracruz, colocándolo como el primer centro acuático en concretar la reproducción del manatí en cautiverio.
El proyecto del manatiario tuvo su origen en 1998, después de que dos crías de manatí, un macho y una hembra, respectivamente, fueran rescatadas y rehabilitadas dentro de las instalaciones del Acuario de Veracruz.
Desde entonces, se gestionaron diversas líneas de investigación en cuanto a los manatíes, destacando la reproducción en cautiverio.
De igual forma, se realizaron estudios para hallar los niveles de estrés del manatí, midiendo sus niveles de cortisol sérico en su sangre mediante las heces fecales o mediante muestras sanguíneas.
Tales análisis permitieron conocer los parámetros de los niveles de estrés, que ayudan a reconocer las necesidades y ciertas conductas de los manatíes en cautiverio, en comparación con las que presentan en la vida silvestre.
Esta línea de investigación muestra que el constante contacto con los seres humanos disminuye los niveles de cortisol en la sangre, causando que el manatí permanezca cómodo dentro de su ecosistema artificial.
El especialista afirma que por el momento, han sido rehabilitados ocho manatíes, que fueron reintegrados a otros parques acuáticos mediante un convenio de colaboración de conservación de la especie.
De la Rosa concluyó que los manatíes que viven en el acuario no son aptos para ser liberados, pues son animales que crecieron en un ecosistema artificial, por lo que les es imposible adaptarse a la vida silvestre, ya que están acostumbrados al contacto humano y al adiestramiento.
Fuente: Notimex, Agencia Informativa CONACYT