Detener el cambio climático: Una responsabilidad de todos
Pese a que las variaciones en el clima son comunes, en los últimos 150 años se ha visto un ritmo de cambio acelerado, el cual ha sido propiciado por el incremento excesivo de emisiones contaminantes -como las de los vehículos a gasolina-, el desarrollo industrial y el crecimiento de la población humana. Todos estos factores contribuyen en gran medida al cambio climático debido a la acumulación de gases de efecto invernadero, la que ocasiona condiciones adversas para los ciclos naturales que permiten la vida en nuestro planeta.
Hace unos días y en el marco del Día Mundial del Clima, que tuvo lugar este sábado 26 de marzo, fuimos testigos de esta clase de cambios en la Ciudad de México y en algunos municipios del Estado de México, donde las autoridades declararon estado de contingencia ambiental durante una semana, ya que las condiciones climáticas eran de alto riesgo para la salud de niños, niñas, adultos mayores y personas con enfermedades respiratorias y cardiovasculares.
Sin embargo, el cambio climático no se limita únicamente a las grandes ciudades o las zonas industriales. En 2012, varios estados fronterizos del territorio nacional, como Chihuahua, Coahuila, Durango, San Luis Potosí y Zacatecas, registraron una sequía jamás vista que obligó al Gobierno federal a establecer medidas que permitieran la mitigación de sus efectos. Tales cambios, aunque de menos impacto, se han hecho presentes en varias entidades de México, hecho que refleja los efectos adversos del cambio climático que se han manifestado en el último lustro.
Para afrontar este fenómeno, resulta clave tomar medidas drásticas que forjen un compromiso real por mantener las condiciones ambientales que nos permitan mejorar la manera en la que vivimos. Esto significa que debemos cambiar nuestro estilo de vida y dicho cambio debe ser fomentado por acciones gubernamentales y legislativas.
Las autoridades están obligadas a proteger el ambiente y a generar mecanismos de participación que faciliten a la ciudadanía la toma de decisiones que desarrollen el espacio y la participación pública, haciendo hincapié en la protección de las condiciones que aseguren la vida saludable de las personas.
El cambio climático exige de nosotros una actitud más responsable ya que somos los principales generadores de contaminación a nivel mundial. La mayor parte del tiempo anteponemos nuestros intereses personales a cualquier tipo de actitud que pudiera beneficiar a toda la sociedad. No obstante, hacer conciencia de nuestra responsabilidad puede marcar la continuación de la vida humana o su fin, por lo que disminuir los efectos del cambio climático es una tarea de todos y corresponde a cada ser humano asumir dicha responsabilidad.
Fuente: Zócalo Saltillo