Desarrollan filtro para eliminar metales del agua a partir de desechos textiles
Adrián Bonilla Petriciolet, profesor investigador del Instituto Tecnológico de Aguascalientes (ITA) —perteneciente al Tecnológico Nacional de México (Tecnm)—, desarrolló un filtro para agua a partir de desechos textiles capaz de absorber metales, entre ellos arsénico (As).
“La industria textil, y en particular el proceso de lavado de la mezclilla, implica que la mezclilla se somete a un tratamiento que le llaman stone washing, que es lavado con piedra. Lo que hacen es ponerla en una solución junto con piedra pómez, y por el mismo movimiento del fluido, lo que está ocasionando es que la piedra pómez termina desgastando la mezclilla, y ese es el acabado que le da. Al retirarla se queda un lodo que contiene fibras de algodón cargadas con otro tipo de reactivos, entre ellos colorante, y residuos de lo que es la piedra pómez, principalmente óxido de silicio”, explicó el experto.
Dicho residuo implica un problema para la industria textil, pues es un desecho peligroso considerado inflamable por la cantidad de algodón que contiene, lo cual implica que su eliminación requiera un proceso especial, que conlleva un gasto adicional. Por ello, se puso en marcha un proyecto para aprovechar este material en aplicaciones ambientales.
“En particular, el material se usó para remover materiales pesados, sin ningún tipo de tratamiento, tal y como venía, se utilizó para remover plomo, cadmio, níquel, zinc y cobre, que son metales generados por la industria metalmecánica aquí en Aguascalientes, y fue efectivo”, detalló Bonilla Petriciolet.
Dijo que ese mismo residuo, cargado con los metales, se sometió a pruebas para remover arsénico, metal presente en el agua de Aguascalientes y otras entidades mexicanas, resultando también efectivo. No obstante, una desventaja del material es que al contener algodón y entrar en contacto con el agua, hay una probabilidad de que genere y libere algunos microorganismos.
Ante este problema, el especialista indicó que trataron el material íntegro y lo produjeron en carbón activado. Una de las bondades del carbón activado es que posee propiedades fisicoquímicas más estables, lo que permitiría eliminar la posibilidad de que sea activo microbiológicamente hablando —al entrar en contacto con el agua no se desarrollarán microorganismos o se reducirá esa condición—.
A fin de alcanzar este objetivo, se realizó un tratamiento térmico, y como resultado de tal proceso se obtuvo carbón activado, aprovechado para remover distintos contaminantes, entre ellos arsénico, para de esa forma obtener un material con capacidad de absorción similar a la de otros materiales disponibles en el mercado nacional. La característica que ayuda a remover metales a partir de este residuo textil es la presencia de óxido de silicio, que se desprende de la piedra pómez. Éste genera interacciones que favorecen la remoción del arsénico y otros metales.
“Tiene una desventaja, como estás hablando de fibras, el problema cuando lo tratas térmicamente es que te queda una estructura rígida, pero es un poco endeble, entonces su infraestructura física no es tan fuerte, pero sí puede ser utilizado para elaborar filtros”, subrayó.
Finalmente, el académico refirió que la ventaja de su proyecto es que gracias a un residuo que generaba un costo, se obtuvo un producto que puede comercializarse, pues su síntesis es bastante sencilla al solo necesitar de un lugar donde pueda calentarse el material a temperaturas superiores a los 600 y 700 grados Celsius, y donde haya ausencia de oxígeno.
Fuente: Agencia Informativa CONACYT