El 80% de las pesquerías mexicanas están al borde del colapso
El 80% de las pesquerías mexicanas o están en deterioro o al límite de su capacidad. Ése es el panorama que presenta la Carta Nacional Pesquera, publicada a principios de diciembre pasado en el Diario Oficial de la Federación: cuatro quintas partes de las especies mexicanas de pescado están al borde del colapso, o ya pasaron ese punto.
Entre las especies que, a este paso, dentro de muy poco tendremos que eliminar de mesas y pescaderías están el callo de hacha, el pargo y el mero. Para fortuna de la gastronomía veracruzana, en Tamaulipas, Quintana Roo y Tabasco las pesquerías de pargos y huachinangos todavía no se agotan, pero inclusive ellas están al borde. Lo mismo ocurre con el callo de hacha: algunas zonas de Baja California Sur todavía tienen poblaciones saludables, pero quienes gusten de este protagonista de cocteles y botanas tendrán que prescindir de él al menos por un tiempo: salvo esos pequeños bancos, el resto están ya en franco deterioro.
La pesca industrial no es siempre la responsable de este agotamiento. Al pez espada, por ejemplo, se le ofrecen más anzuelos de los que sería deseable, al grado de que se le explota más allá del máximo sustentable, aunque su pesca es casi exclusivamente deportiva. Lo mismo pasa con muchas poblaciones de tiburón: es la pesca costera, que no se exporta ni siquiera al interior del país, la que llevó a esta situación.
Si quieres saber más, revisa la Carta Nacional Pesquera y la página de la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca).