Las consecuencias del cambio climático en Latinoamérica
Incremento de la temperatura (1ºC en el último siglo), aumento del nivel del mar (dos o tres milímetros al año desde 1980) por efecto del deshielo y alteraciones en el patrón pluvial (más lluvias en algunas zonas y más sequía en otras). Son los síntomas de los fenómenos extremos que configuran la nueva identidad del clima en el Caribe y América del Sur, de acuerdo con el último informe del Banco Mundial (BM). Sin titubeos, la entidad multilateral de crédito ha advertido ayer en Lima (Perú) que si no se actúa para mitigar los efectos y detener el cambio climático, Latinoamérica será más pobre e improductiva. Y padecerá el mal de los males: la falta de agua potable.
En el inventario de los daños naturales irreversibles en la región, el BM menciona que varios de los glaciares más pequeños -de una extensión menor a un kilómetro cuadrado- han perdido una superficie significativa. "La desaparición prevista de los glaciares tropicales de los Andes tendrá consecuencias económicas para la disponibilidad de agua y de energía hidroeléctrica", advierte el banco. A este ritmo de calentamiento, ese pronóstico -siempre según la entidad- se cumplirá en el año 2020.
La lista de los perjuicios verificados como consecuencia del cambio climático incluye desde el blanqueamiento de los arrecifes de coral caribeños (este fenómeno, producido por el aumento de la temperatura del mar, afecta al 65% de las especies de peces de la región) hasta la "dramática extinción" del bosque pluvial del Amazonas, proceso que transformará en sabanas a grandes extensiones verdes. El BM señala que los huracanes se han vuelto más intensos apoyándose en la estadística: el número y la frecuencia ha crecido sin parar desde 1995, después de cuatro décadas de relativa tranquilidad. El hito histórico ocurrió en 2005, cuando 14 huracanes avanzaron sobre el Atlántico Norte.