México tiene un retraso de casi cuatro años en la regualción de emisiones de contaminantes
El ozono que se encuentra en la capa baja de la atmósfera donde habita el ser humano (tropósfera) en un contaminante secundario que se produce por la reacción de las emisiones de monóxido de carbono, compuestos orgánicos volátiles, óxidos de nitrógeno y la luz solar.
Algunos de sus efectos nocivos se asocian con problemas respiratorios, reproductivos y cáncer; hay evidencia que sugiere afectacciones al sistema nervioso central y puede incrementar los problemas cardiovasculares y el número de muertes prematuras derivadas de los padecimientos cardiopulmonares.
En la actualidad, México tiene normas muy laxas para controlar las emisiones contaminantes, precursoras del ozono. Así lo señalaron en conferencia de prensa representantes del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda); el CTS Embarq México, así como el Instituto Internacional de Transporte Limpio (ICCT por sus siglas en inglés).
Y es que el gobierno no puede seguir retrasando la actualización de las normas que regulan las emisiones contaminantes a nivel nacional, dado que en el País los automóviles son la principal fuente de contaminación que contribuye a la formación de ozono troposférico.
La zona metropolitana del Valle de México, seguida por la zona metropolitana de Guadalajara, la ciudad de León, el área metropolitana de Monterrey y Silao, son las entidades con más problemas de ozono, de acuerdo con los resultados del Cuarto Almanaque de Datos y Tendencias de la Calidad del Aire en 20 Ciudades Mexicanas (2000-2009).
Por ello, en el marco del taller sobre Armonización de políticas para vehículos ligeros nuevos en América del Norte: Estándares de eficiencia energética, gases de efecto invernadero y contaminantes criterio, las organizaciones alertaron que la Norma 042, que regula las emisiones contaminantes, tiene cuatro años de retraso, en relación con las políticas implementadas en Estados Unidos y Europa.
«México está más de diez años atrasado con respecto a Estados Unidos en cuanto a normatividad de control de emisiones, mientras que los niveles de contaminantes son de 8 a 10 veces mayores que en Estados Unidos”, señaló Kate Blumberg, especialista del ICCT.
De igual forma, los especialistas hicieron evidente que no existe una política integral de combustibles y control de emisiones vehiculares.
“México publicó su última regulación en materia de emisión de contaminantes para vehículos ligeros nuevos en 2005, lo cual aunado a la falta de combustibles limpios en nuestro País no ha permitido que se vendan en México las mejores tecnologías para reducir la contaminación”, explicó Leticia Pineda, analista de política pública del Cemda.
Asimismo, precisó que el sector transporte es uno de los principales emisores de contaminantes a nivel nacional, siendo el responsable del 90.03 por ciento de las emisiones de monóxido de carbono (CO) y del 45.67 por ciento de óxidos de nitrógeno (NOx).
A su vez, dentro del sector transporte, los vehículos de pasajeros (denominados lgeros), emiten 74.41 por ciento de CO, el 52.55 de NOx, 73.55 de compuestos orgánicos volátiles (COV) y 94.50 de amoniaco (NH3).
Los vehículos que se venden en la actualidad en México cuentan ya con algunas tecnologías que permitirán alcanzar estándares más limpios –como las que mejoran la oxigenación del combustible, controles electrónicos para motores y catalizadores de oxidación para motores a Diesel y catalizadores de tres vías.
No obstante, muchas tecnologías disponibles en el mercado necesitan el uso de combustibles con bajo contenido de azufre, el cual no se encuentra disponible en todo el País.
Cynthia Menéndez, del CTS Embarq México, mostró cuánto se podrían reducir las emisiones de partículas PM10, NOx, CO y COV, si la NOM-042 se modificara para cumplir los estándares de la tecnología TIER 2, vigentes en Estados Unidos.
Esta actualización evitaría la emisión de hasta 2.4 millones de toneladas de contaminantes locales para el 2035.
Por ello, las organizaciones de la sociedad civil demandaron la actualización de dicha norma sobre el control de emisiones de vehículos ligeros nuevos, distribuir en todo el territorio combustibles de bajo contenido de azufre y contar con una política integral en materia de control de emisiones vehiculares y combustibles (gasolina y diesel) para su operación.
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