El mercurio y su efecto contaminante

mercurio-unamDe acuerdo con un comunicado de la UNAM, debido a que el mercurio es el único metal que se presenta líquido a temperatura ambiente y es sumamente volátil, resulta un contaminante atmosférico importante, además, según el tiempo que se mantenga en la atmósfera, la escala de su impacto puede variar.

A decir de Nicola Pirrone, director del Instituto de Investigaciones sobre Contaminación Atmosférica del Consejo Nacional de Investigación de Italia, su impacto se refleja en los diversos ecosistemas.

“No hay forma de que en los próximos 30 años podamos disminuir su liberación a la atmósfera; podría ocurrir de manera paulatina si se hace uso de energía solar, señaló.

“Entre los años 2030 y 2050 la combustión de energías fósiles proporcionará 80 por ciento de producción de electricidad en el mundo, lo que a su vez representa la gran fuente de contaminación por mercurio y plomo, entre otros contaminantes”.

Las emisiones globales a la atmósfera son de 7 mil 517 toneladas anuales, aproximadamente. Según su capacidad de mantenerse en la atmósfera, el mercurio puede viajar pequeñas o grandes distancias; puede estar presente en la tropósfera, pero también en la estratósfera baja.

El sudeste de Asia, el África subsahariana y América del sur, en la actividad minera, son tres regiones en el planeta que lo utilizan en grandes cantidades.

Asimismo, es una fuente presente en el mundo como mineral y son numerosos los procesos naturales que lo pueden liberar a la atmósfera. Por ejemplo, se estima que alrededor de 2 mil 763 toneladas de mercurio se liberan de los océanos hacia la atmósfera.

Además, el experto destacó que la generación de energía eléctrica, las fundidoras de metales no ferrosos, la manufactura de hierro y acero, las plantas de cemento, la minería de oro y todos los procesos que requiere combustión de carbón para su funcionamiento, también implican su presencia.

“Tenemos que controlar las actividades antropogénicas, esto es importante para los tomadores de decisiones o para los encargados de diseñar políticas públicas, pero también para los propios científicos”, precisó.

Vía: UNAM-DGCS