México haz algo

México se ha convertido en una tumba para activistas sociales, ambientales y periodistas. En los últimos años el número de desaparecidos y personas asesinadas se ha incrementado 35%. Nos hemos convertido en el país más violento del mundo, con el mayor número de muertos sin estar “aparentemente” en un conflicto bélico.

Resulta alarmante que ante estas cifras y situación tan desgarradora hemos normalizado las desapariciones y las muertes. En muchos casos, caemos en la trampa de la criminalización de la víctima, yo creo que eso hace que podamos digerir más fácil estas noticias aterradoras. Nos repetimos que si la persona estaba involucrada en actividades criminales, quizá merecía ese castigo, así nuestra mente nos protege de volvernos completamente locos ante una situación que nos hace sentirnos vulnerables y con miedo. Y sobretodo tener esa sensación de que el Gobierno no está haciendo nada para evitarla y prevenirla.

Sin duda alguna , no es una sensación equivocada, el gobierno se encuentra rebasado con la situación actual y no está haciendo gran cosa, ni nada para prevenir estas muertes y desapariciones, pareciera más ocupado en convencernos que los de antes eran peores, algo totalmente ocioso, si no pensáramos eso, seguramente el gobierno actual no habría ganado. Tenemos que consolarnos ante un panorama de descoordinación e inseguridad latente y constante.

Tan sólo en el 2019, 27 activistas de Derechos Humanos fueron asesinados, 15 activistas ambientales y al menos 790 periodistas y activistas se encuentran amenazados de muerte.

Aún con estas condiciones los y las activistas y periodistas, deciden seguir levantando la voz, alto y firme, para tratar de hacer de este un país mejor. Justo así es como la muerte alcanzó a Homero Gómez, el defensor incansable de los bosques, Homero un hombre bueno, que entrego literalmente, su vida a una causa hermosa y necesaria, la protección de los bosques, evitando la tala desmedida y la extracción de madera para que las mariposas monarca pudieran sobrevivir.

Homero desapareció el 13 de enero, en el Municipio de Ocampo, desde donde realizaba su trabajo de conservación ambiental y denunciaba a las poderosas agrupaciones dedicadas a la tala ilegal de los bosques en Michoacán y la región. La familia recibió tres llamadas de supuestos secuestradores, exigiendo un rescate, pagaron y nada sucedió, pues se trató, según dicho por el Gobernador del estado Silvano Aureoles de falsos secuestradores. Los que nos hemos dedicado por tantos años a la protección del ambiente, podemos intuir que este crimen lejos se encuentra de ser un secuestro. Homero estaba afectando intereses de las mafias que se han apropiado de nuestro país. En Michoacán el 30% del territorio está cubierto de bosques, en ellos se encuentran infinidad de especies de madera, recurso altamente valorado por las personas que se dedican a su explotación ilegal.

Homero tenía 50 años, era presidente del Comité Administrador del Santuario El Rosario, uno de los principales refugios de la reserva de la biosfera que es hogar de la mariposa monarca, el invitaba a la gente a conocer el santuario, estaba seguro que una vez que las personas lo conocían, se preocuparían por conservarlo, pues decía que “ las mariposas son las novias del Sol, el alma de los muertos, simplemente un patrimonio maravilloso de la Humanidad” El trabajaba sin parar para lograr que en un estado con 1465 asesinatos se pudiera proteger el hábitat de las mariposas monarca.

Su fórmula era exitosa, por lo sencilla, incluyó a los campesinos en los trabajos de reforestación y preservación del bosque, generó empleos en una región rica en recursos naturales, pero pobre y sin muchas oportunidades. Frenó la degradación de la reserva El Rosario y restauró amplias zonas destruidas por la tala clandestina, atrajo a centenares de turistas usando las redes sociales y aprovechando su gran carisma, el cual era reflejo de su compromiso y amor a la causa.

El cuerpo de Homero fue encontrado el 29 de enero ahí en el lugar que él más amaba, el Santuario El Rosario, si no fuera algo tan triste y dramático, sería poético. Entrego la vida por el lugar que más amaba.

La protección de activistas y periodistas debe convertirse en uno de los temas centrales en la agenda de seguridad Nacional, de nada o poco sirven los lamentos y las promesas si no vienen acompañadas de campañas de capacitación, presupuesto y desarrollo de medidas de seguridad eficaces para evitar que sigamos perdiendo activistas ambientales y sociales cada año.

En México haz algo, queremos extender nuestra solidaridad y nuestro más sentido pésame a la familia y equipo de Homero y esperamos que esas aladas novias del Sol, acompañen su camino al cielo y honren por siempre su nombre.

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*Cápsula de México Haz Algo en Tele Fórmula, 1 de febrero de 2020.